“Se llamaba Auri y su nombre era un trozo de reluciente oro que llevaba siempre en su interior.”
Este libro publicado antes de finalizar la historia de Kvote, el asesino de reyes, es totalmente diferente a los dos volúmenes autobiográficos del juglar espadachín y mago del lethani.
¿Cuento o poesía?
Hay una frágil oscilación entre un cuento narrado y un poema desarrollado en base al ahelo de Auri por su misterioso visitante.
Auri siempre ha aparecido como un personaje frágil y delicado. Más allá de la realidad o Subrealidad en este caso.
Pero muestra una pertinaz obsesión en ser siempre ella misma y respetar las personalidades que la rodean
Porque la segunda peculiaridad del cuento o poema es la personalización de los objetos y lugares por donde va avanzando la historia. Todos tienen sus rasgos distintivos y sus objetivos vitales.
Citas
“Estaba demasiado lleno de amor y nada podía moverlo. Nada podía convertirlo en lo que no era.”
“El Doce era lo bastante listo para conocerse a si mismo, lo bastante valiente para ser él mismo y lo bastante insensato para cambiarse a si mismo y seguir siendo auténtico.”
“Auri se estremeció de pensar en moverse en un mundo como ese completamente falto de alegría. Sin nada perfecto. Sin nada hermoso ni auténtico.”
“Él no era para cosas que atan. Para cosas que encierran”
Sensación final
La narración trascurre entre ese espacio que separa la vigilia del sueño. Es de un desarrollo lento, que invita a cerrar los ojos y dejarse llevar plácidamente por la lectura, pero sin dar motivo de abandono.
Exige aceptar el ritmo silencioso de la música y mecerse en el. Sin prisa sin pausa.
Parece un ejercicio del Cronista a la espera de la tercera parte de la historia de Kvote. Y es muy esperanzador.
Rothfuss parece muy capaz de dejar atrás el género de espada y brujería y atreverse con grandes historias más fijadas en la realidad y los sentimientos.
Pero de momento esperamos al asesino de reyes.